viernes, marzo 19, 2010

ESTOY AGOTADO.Consejos Sanitarios.

Llevo varios días queriendo subir ésta entrada.,que aunque no estoy de acuerdo al 100%(cae nuevamente en la TCC y el ejercicio físico gradual, cuando muchos por no decir todos tenemos intolerancia al ejercicio) pero en general resulta interesantísima. Salió publicada en La Opinión De Coruña en la sección de Sociedad el día 1. Por suerte, poco a poco van apareciendo PROFESIONALES que sí que conocen de éstas patologías, y desde varias especialidades(caso de ésta doctora, que es farmacéutca y óptica, aunque me sorprende que no hiciera referencia a los cambiantes problemas con la vista que tenemos). Pero sí que en general se ve que sabe de lo que habla y tiene la valentía de publicarlo en la prensa. Bien por ella. ¡A ver si se multiplican como los hongos!. Ojalá.

Consejos sanitarios
¡Estoy agotado!
Aunque el cansancio puede deberse a varias causas, cuando se vuelve crónico y no desaparece al descansar, podemos estar ante una patología que los especialistas han denominado síndrome de fatiga crónica, relacionado y/o confundido con otras como la fibromialgia, el síndrome de Sjógren y la artritis reumatoide 11:38

CARMEN REIJA LÓPEZ, LICENCIADA EN FARMACIA Y DIPLOMADA EN ÓPTICA El término "síndrome de fatiga crónica" es el más ampliamente reconocido y se caracteriza por un conjunto de síntomas de los que el más importante es la persistencia de una fatiga crónica (de 6 meses o más de duración), que no mejora con el descanso, ni es resultado de esfuerzos recientes y que reduce la actividad habitual (laboral, social y personal).

De acuerdo con los criterios clínicos utilizados para diagnosticarlo -criterios de Fukuda- se requiere la presencia de, al menos, 4 de estos 8 síntomas: faringitis, adenopatías cervicales o axilares dolorosas, trastornos musculares, dolor de cabeza, sueño no reparador, malestar durante más de 24 horas tras la realización de esfuerzos y dificultad para concentrarse o pérdida de memoria.

Es una patología crónica y oscilante cuya sintomatología puede variar en una misma persona y de un día para otro. Pese a su cronicidad no es una enfermedad fatal, ni eminentemente dolorosa, cuyo síntoma clave es el cansancio crónico debilitante que no se soluciona con el reposo y que es lo suficientemente grave como para reducir la actividad diaria en un 50% o más.

Hay un grupo de enfermedades (como la fibromialgia o el síndrome de colon irritable) con manifestaciones clínicas similares y cuyo diagnóstico no excluye la posibilidad de padecerlo. De hecho se presenta en un 42% de enfermos fibromiálgicos, lo que induce a pensar en la existencia de un mecanismo patogénico común, solapándose incluso ambas patologías en un mismo paciente.

Afecta predominantemente a adultos jóvenes, entre los 20 y 40 años, de cualquier nivel socioeconómico y sin predominio de sexo (aunque son las mujeres quienes demandan más atención médica). Aunque no se conocen las causas, los especialistas sugieren que no es un síndrome nuevo y que, dada su complejidad, se integrarían factores orgánicos (infecciones, disfunciones inmunológicas o del sistema nervioso, etc.) y psicológicos.

Quien padece este tipo de fatiga debe dirigirse a su médico de familia, que decidirá el camino a seguir; también se ven involucrados los de medicina interna, neurólogos, endocrinólogos, reumatólogos y especialistas en enfermedades infecciosas o psiquiátricas.

En la actualidad no existen pruebas de laboratorio específicas que permitan establecer o apoyar el diagnóstico clínico, por lo que se suele realizar una historia clínica detallada, una exploración física, una batería de pruebas analíticas limitada y una valoración psiquiátrica. Todo esto servirá para excluir otros trastornos médicos y psiquiátricos que podrían interferir en la precisión del diagnóstico; si el origen de la fatiga continúa siendo desconocido, no se ha detectado otra patología y se cumple el resto de los criterios diagnósticos, podría tratarse de este síndrome.

El tratamiento está dirigido a tratar los síntomas que refiere el enfermo, siendo lo ideal conseguirles una atención integral para resolver o aliviar tanto las manifestaciones físicas como las psicológicas. De las diferentes opciones, la combinación de terapia conductual cognitiva y el ejercicio físico gradual, son los que han mostrado beneficios tanto físicos (sobre la fatiga) como psíquicos (a nivel de la depresión) reduciendo la incapacidad del afectado.

No te automediques porque es muy fácil caer en el consumo cruzado de medicamentos absolutamente inapropiado: vitaminas porque me animan, analgésicos porque me duele, antiinflamatorios para la inflamación, etc. Cualquier medicamento debe ser prescrito y pautado por el especialista.

Resultan muy recomendables las asociaciones de pacientes y familiares (afibrom.org y acofifa.org) donde puedes encontrar apoyo y resolver las dudas que se te planteen. Además, la unión de los enfermos induce un mayor esfuerzo en la investigación y el desarrollo de nuevos tratamientos en busca de soluciones terapéuticas adecuadas. ¡No desesperes!

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