Salud 23.01.2006
Colchones asesinos
Los padres tienen pocas posibilidades de detectar el ataque de la muerte repentina.
Más de 320 bebés fallecieron de muerte repentina en Alemania durante 2004. Científicos de la Universidad Técnica de Dresden han descubierto una de las causas de estas misteriosas muertes: los colchones ecológicos.
La muerte repentina es una de las formas más comunes de fallecimiento entre niños menores de 10 años. Según las estadísticas, en los países desarrollados el 40% de los recién nacidos fallece de este modo: la muerte sobreviene durante el sueño, sin avisos previos que puedan alarmar a los padres.
En Alemania, unos 200 expertos a nivel nacional trabajan en la prevención de estos sucesos. Hasta ahora, se sabía que la asfixia tenía algo que ver con las muertes, cuyas causas no estaban del todo determinadas. Los científicos del "Laboratorio del Sueño" de la Universidad Técnica de Dresden, que observan al año entre 600 y 900 bebés durmiendo, han llegado a la conclusión de que los colchones ecológicos con los que muchos padres tratan de hacer más confortable el descanso de sus hijos pueden ahogar al bebé hasta matarlo.
Los colchones ecológicos
Los científicos esperan reducir el número de bebés fallecidos por muerte repentina.
En Alemania, donde lo ecológico es de por sí sinónimo de calidad, son muchos los padres que optan por comprar colchones ecológicos a sus hijos. En teoría, estos colchones ayudan a evitar la aparición posterior- a partir del octavo año de vida- de la desviación de columna, además de proteger mejor la delicada cabeza del recién nacido.
El interior de los colchones ecológicos está elaborado con hilos de coco, que son elásticos pero muy resistentes, y bio-algodón, es decir, algodón no tratado con productos químicos. El resultado es un colchón duro que protege la columna vertebral en unos años en los que los huesos están en proceso de crecimiento, pero que se adapta al mismo tiempo al cuerpo del bebé.
Los colchones ecológicos para niños cuestan entre 80 y 150 euros y la revista Öko-Test, toda una institución en Alemania a la hora de evaluar la calidad de los productos y la compatibilidad de éstos con el respeto al medio ambiente, los calificó con un sobresaliente. Sin embargo, lejos de las apariencias, estos colchones son trampas mortales.
Colchón de poliuretano y somier de hierro
El bebé debe dormir siempre boca arriba, con un saco de dormir en lugar de una manta.Los científicos de la Universidad Técnica de Dresden han descubierto que los colchones ecológicos, debido a su composición, sólo dejan pasar el 20% del CO2 que el niño produce al respirar. Así, el aire y el calor no circulan suficientemente, dificultando la respiración y los reflejos del bebé, que queda adormilado hasta ser ahogado por completo.
"La concentración de CO2 y de calor son un claro peligro para los niños mientras duermen", dijo la doctora Petra Dítese al presentar los resultados de los estudios del Laboratorio. Por ello, los científicos desaconsejan el uso de colchones ecológicos: los colchones de espuma permiten que transpire el 46% del CO2, el doble que los ecológicos, y existe un tipo de colchón de poliuretano, importado de Estados Unidos, que permite que se elimine el 92% del CO2.
En cualquiera de los casos, los expertos del "Laboratorio del Sueño" recomiendan acostar a los recién nacidos siempre boca arriba, sin más mantas que un saco de dormir, y utilizar a ser posible somieres de hierro en lugar de plexiglás o contrachapado, para que los dulces sueños estén asegurados.
Luna Bolívar Manaut
DW-WORL.DE La información de la Web está disponible en varios idiomas. Tiene algunas otras noticias relacionadas con los bebés.
Nota de Submundos: La lactancia materna tiene entre otras propiedades ampliamente demostradas, la prevención de la muerte súbita del lactante así como de múltiples enfermedades crónicas(algunas mortales). Infórmate.
No hay comentarios:
Publicar un comentario