viernes, enero 08, 2010

Un hombre con fibromialgia en huelga de hambre

Por Víctor Claudín.

Viernes 08 de Enero de 2010 09:54

Víctor Claudín.- Juan Vilas es un hombre de mediana edad que lleva treinta días en huelga de hambre para que se le conceda la incapacidad laboral. Es un enfermo de fibromialgia. Es un hombre enfermo que sufre en un rincón de la calle, y eso apenas es noticia, de ahí que casi no haya tenido repercusión mediática, los periodistas muchas veces estamos sólo a lo que nos dictan, y esta acción, que además es contra la administración, no tiene aliciente a no ser que lo agarrase por banda la oposición para usarlo como bandera contra el gobierno por interés electoral. Así funcionan las cosas.

Uno de los pocos ejemplos del interés informativo: el 7 de enero ha salido un artículo sobre él en el diario Las Provincias. (http://www.lasprovincias.es/20100108/ribera-costera/lucha-20100108.html)

Al parecer, Juan pensaba que todo sería más fácil cuando decidió plantarse en la puerta de la Tesorería General, tras sus 39 años trabajados. Incluso creía que antes de Navidad estaría solucionada su situación. Es de Alzira y, a pesar de las inclemencias que lleva padeciendo, se muestra dispuesto a continuar hasta el final, con la opción de ganar o convertirse en un mártir. Pero lo que sobre todo consigue es la incomprensión de la gente que no sabe cómo actúa la enfermedad, como daña ese veneno en el que las autoridades no creen, ni siquiera gran parte de la clase médica.

Ahora ya está pensando en añadir otras fórmulas de lucha a su decisión: recoger pliegos de firmas, escribir al Rey de España, etc.

Es un caso más. Desde lejos puede haber gente que ponga en duda la fiabilidad de su huelga de hambre, y es comprensible. Lo que no puede haber es ni una sola persona que cuestione la gravedad de esta enfermedad y su poder incapacitante. Lo que no es justo, ni honesto, ni siquiera humano, y es precisamente lo que se hace cotidianamente desde los diferentes poderes e instancias relacionadas: despreciar el profundo dolor de dos millones de personas en España, maltratarlas, mantenerlas en su tortura diaria sin concederles el menor atisbo de esperanza, sin apenas atención ni comprensión. No hay derecho.

Juan Vilas debería recibir un trato adecuado. Juan Vilas, como tantos otros y sobre todo otras, debería ser tratado por personal médico adecuado, valorar su incapacidad como hay que valorar la incapacidad de la fibromialgia y no cualquier otra enfermedad conocida.

Es cierto que cabe la posibilidad de que algunos pacientes, y hasta podría ser el caso de Juan Vilas, engañen a todos para conseguir quedarse en su casa cobrando una pensión. Pero, sinceramente, ¿hay mucha gente a la que le gusta eso de anularse social y laboralmente con años de gran capacidad y energía? Y lo fundamental, es como meter en la cárcel a un inocente. Porque si existe gente que se aprovecha de la confusión y la ignorancia reinante en la que se quieren mantener los poderes correspondientes, es una realidad que no puede afectar, de ninguna manera, ni a una sola persona con la enfermedad.

Hay en este país médicos que saben medir hasta el grado de gravedad de la enfermedad. Hay investigadores en este país que pueden medir el dolor. Hay investigadores que saben perfectamente lo que son y cómo actúan la Fibromialgia, el Síndrome de Fatiga Crónica y la Sensibilidad Química Múltiple. Si esto es así, y es así porque muchos los conocemos, ¿por qué no se acude a ellos para aclarar de una vez por todas este estado de cosas, por qué no se les concede el privilegio de trasmitir sus conocimientos para regularizar este caos que sólo perjudica, una vez más, a los pacientes?

De verdad, no hay derecho.

Publicado en Periodistas en Español. 15.


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